Las miradas, desde esta mañana, han vuelto a converger hacia los arrabales de Mosul y más exactamente hacia Telafaar que el jefe supremo de la banda terrorista Daesh, Abi Bakr Al Baghdadi considera más importante que Mosul.
Nunca antes el fin de la pesadilla terrorista en Irak y probablemente también en Siria era tan cerca y sobre todo tan real. Y la pregunta que se impone ¿Y ahora?
Tanto los iraquíes como los sirios como el resto de las naciones víctimas de la lacra terrorista saben quién estuvo y està detrás de estas bandas criminales que han sembrado el horror donde había paz y esperanza.
¿Olvidarlo? Difícilmente pero absolutamente necesario e incluso indispensable porque la tarea de reconstrucción va a ser la mayor y la más importante tarea de los pueblos castigados por estos terroristas y sus promotores.
Rusia parece saberlo. Esta misma mañana, su ministro de exteriores Lavrov invitaba a Estados Unidos a “obrar juntos a fin de recobrar la confianza de estos pueblos”.
Difícil… muy difícil. El pos-Daesh no va a ser como el pre-Daesh ni durante Daesh. La gente llora de dolor pero también de rabia. Unos prósperos en sus países y otros masacrados en los suyos.
La confianza es justamente la palabra clave en Oriente Medio y algunos de los que alucinan con rangos de potencias regionales saben que se acerca el momento de la adhesión. Otros venidos desde muy lejos ven como estos pueblos renacen de sus cenizas sin olvidar lo que han padecido, y sobre todo los que les han hecho padecer.