Con, difícilmente disimulable estupor, Estados Unidos ve los preparativos y, de cierta manera la primera parte de la recuperación de las localidades en torno a Mousul.
Las autoridades iraquíes y sobre todo loa movilización popular sabían desde el comienzo que una cosa es predicar y otra totalmente distinta, dar trigo.
Los hechos han demostrado y siguen demostrando que Daesh es Estados Unidos y éstos son Daesh. Por ello, tantos entrenamientos, tantas armas, tantos apoyos y tantos respaldos de toda índole no han servido para nada y los militares estadounidenses se muestran extremadamente inquietos ante el incomprensible desmoronamiento de las líneas de defensa de su protegido en Mousul y en los frentes sirios.
Tigre de papel. Con el primer ataque de las tropas iraquíes y con el anuncio de la participación de fracciones populares los responsables de la organización criminal se dieron a la fuga no dejando en la ciudad más que los mercenarios y legionarios extranjeros.
Tigre de papel, era fuerte cuando detrás habían los americanos, británicos, franceses, turcos, israelíes, saudíes y qataríes. Las cosas han cambiado y todos buscan el medio de borrar su identidad daeshista… y es que en el mundo los hay que no les van a perdonar.
Desde ahora en adelante, sin una nueva estrategia de ayuda, apoyo y de servicios logísticos de Estados Unidos, sus aliados, sus satélites y sus domésticos regionales podemos ir hablando del comienzo del fin del horror en Oriente Medio. Lo harán posible, no Estados Unidos ni nadie de sus criados, sino los pueblos uniformados y armados iraquí y sirio y una firme voluntad de resistir y de vencer de las víctimas del terror y de sus padrinos.
La batalla de Mousul marcara el antes y después de Daesh y de la presencia americana en la región.